
De pequeña siempre le había gustado el otoño,le gustaba notar la suave brisa que ya comenzaba a ser más fría,el sonido de la lluvia al caer,y sobre todo perderse entre los árboles,con aquel aire inocente, que pese a los años no ha perdido, siempre con aquella sonrisa en los labios,el único ruido que la delataba era el crujir de las hojas caídas a su paso.
Ahora, sin embargo,todo ha cambiado,a sus 16 años ha visto y padecido demasiadas cosas que no debió ver a una edad tan temprana,eso le ha hecho madurar y ser más fuerte,pero también la ha obligado a cambiar.
Le cuesta más abrirse a la gente y confíar.
Tiene miedo,se le nota en los ojos,pero es tan orgullosa que jamás lo reconocerá.
Cierra los ojos con fuerza,notando como el viento juguetea con su cabello oscuro y lo lleva hacía su rostro,con facilidad,sin apenas esfuerzo.
Imagina que poco a poco sus pies se separán del suelo,se siente más ligera,y pronto,busca el lugar idóneo,el paraíso,aquella isla perdida en aquel mar de monotonía,y se aleja poco a poco,sin dar cuentas a nadie,dispuesta a disfrutar al máximo de aquella ansiada y desaconstumbrada libertad.Aquel familiar cosquilleo se apodera de su cuerpo,como siempre que se deja llevar,y justo en aquel momento en el que ya se dispone a dejar su imaginación volar...
Una mano la agarra con fuerza cuidándose mucho no lastimarla,pero sí con la fuerza suficiente como para obligarla a abrir los ojos.Molesta,abre uno y después el otro,dispuesta a sermonear a la persona que la ha hecho volver a la cruda realidad.
Un pequeño músculo tira allí en la comisura de sus labios y de forma casi imperceptible,se curva levemente al principio,más rápido después,y como resultado de esa pequeña obra de arte,aparece,una sonrisa blanca e inmaculada.
-¿Qué haces aquí?-pregunta con un deje de sorpresa en la voz.
Él,haciendo gala de esa íncreíble capacidad de tener todo bajo su control y aparente tranquilidad,sonríe,guardando la calma.
-Pensé que tal vez pudiéramos hablar un rato...-responde sonriendo todo a su vez.
Ella,entrecierra los ojos,suspirando pesadamente,como si aquello que fuera a decir a continuación,le costara horrores,se obliga a sí misma a callar el ritmo de su alocado corazón,pensando que él,ya está cogido,y que ni siquiera debería mirarle de aquella forma,no debería...
Pero todo lo que acierta a hacer,es acercarse más a él, y tras mirarle a los ojos un instante,y bajar la mirada a sus labios,le besa,suavemente al principio,casi sin atreverse a rozar sus labios con los suyos.
-Tengo novia...yo...-acierta a decir la primera vez que ambas partes del cuerpo se rozan,sin embargo,la besa delicadamente,correspondiéndola.
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Como cada mañana,el despertador suena a las 7:30 de la mañana,con un gruñido,la chica aparta las cálidas y blancas sábanas de su cuerpo,y se incorpora,observando por la ventana,una brisa fresca otoñal y hojas caídas en las aceras,y comprende que ha ido un sueño y entonces es cuándo se promete que algún día todo aquello sucederá.
